Piensas, pero no escuchas. La gente te llama, pero tú les rechazas. Todos lo saben, se han fijado, es obvio, y todos se dieron cuenta al instante. Excepto tú. Ese brillo en la mirada, esa sonrisa tonta y dulce. Y que dulce que es...
Miras a tu alrededor y no ves a nadie, te sientes sola. Cierra los ojos. Recuerda cuanta felicidad podía aportarte con tan solo una mirada. Cuantas veces has soñado con sus labios junto a los tuyos. Ábrelos, y ahora deja que te diga: Bienvenida a tu mundo.
Ahora atenta, tienes toda tu vida, tus amigos, tu familia. ¿Vas a lamentarte? ¿Vas a quedarte sola en tu cuarto llorando? ¿O más bien vas a darlo todo y no vas a desperdiciar ni un solo minuto?
Muchas veces me pregunto, ¿por qué sigues sonriendo? Después de cada lágrima derramada, después de cada madrugada mirando las estrellas pensando en qué pudo pasar y recordando cuantas sonrisas han hecho falta para esconder el dolor de verlo y no poder besarle a cada instante. Date cuenta de que con el simple hecho de estar a su lado eres feliz. No entiendes el por qué de tu sonrisa al aparecer en tus sueños, es algo normal, aún no has admitido que le quieres. Una sonrisa suya te aporta la eterna felicidad. Es él.
Hay sonrisas que cambian el peor de los días...
ResponderEliminar