¿Recuerdas cuando eramos jóvenes? Cuando lo más importante que había en la vida era tener la colección completa de cromos, tener las barbies más guapas y con más estilo que hubiera. Cuando la única tristeza que podíamos contener en nuestro cuerpo era el hecho de habernos caído saltando a la comba o con el patinete. Las razones por las que sonreíamos eran inmunes a lo que personas ajenas pudieran decir de nosotros. A veces nos quedamos atrapados sin remedio en el pasado, otras es bueno recordar. No se me dan bien los grandes discursos, pero haría un esfuerzo para explicarte la situación.
Tristemente tengo que decirte que al verte siento mariposas. Para una persona normal eso probablemente es una de las mejores cosas que pueden pasar, en cambio, para mí no es así. Las mariposas son de las peores. Prefiero la excitación, la adrenalina, no la dependencia. Quiero ser tu amiga, tener roces eróticos y reír a tu lado durante las 24 horas del día.
En un mundo como este, el amor es algo bello y corriente. En un mundo como el mío, en MI mundo, el amor no es algo esencial. Algo que realmente merece la pena es la amistad. Tal vez no todas son para siempre, ¿pero cuántas lo son?
Solo quiero volver un instante al pasado, cuando eramos pequeños y cuando hacer castillos gigantes de arena era el único logro que quería llegar a conseguir en la vida.
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