sábado, 2 de marzo de 2013

Welcome to paradise

Estaba sentada en el muro de aquellas pequeñas ruinas situadas entre el profundo mar azul y las verded hierbas y altos árboles que las rodeaban. Podía apreciar cada detalle, como si las diminutas agujas del reloj que se hallaban en mi muñeca se detuviesen, para dejarme observar cada pormenor de la maravillosa naturaleza en la que me encontraba detenidamente. La soledad me permitía presenciar como las grandes olas rompían contra las rocas y diminutas gotas flotaban en el aire por milésimas de segundos hasta volver al extenso mar. La dulce brisa acariciaba mi cabello. A lo lejos, el horizonte. Una fina línea que separa la realidad de la ficción, una línea donde de hallan todos nuestros sueños. Mi mirada quedó fija, contemplando el trayecto del color azul oscuro del mar hacia el claro y limpio azul celeste del cielo, mezclado con un blanco espectacular de las pocas y bellas nubes.





No hay comentarios:

Publicar un comentario