jueves, 26 de abril de 2012

Llegaste de la nada y te convertiste en todo

Créeme cuando te digo que no hay otra persona capaz de hacerme tan feliz pero también, créeme, cuando digo que tú eres la única persona que hace que me derrumbe tanto. No digas que lo nuestro se ha acabado, que esto ha terminado, que estás cansado. No lo digas porque nunca llegamos a estar juntos para poder dejarlo ahora. Ahora no te lamentes. Llegará el día en que me digas: "te quiero", y yo diré: "te quise".
Pienso en ti constantemente, no puedo negarlo, pero ya no pienso principalmente en ti sino en lo que pudimos haber sido, en algo tan bonito como el hecho de que algún día tú y yo hubieramos formado una pareja. Te hubiera dado todo lo que pidieras e intentado hacerte feliz a cada minuto del día. Ya no. Y lo puedo decir sintiéndome libre, orgullosa de mí misma.
En un pasado te quise, te quise como nunca antes había querido a nadie, te convertiste en la primera persona para mí ante el resto y, sobre todo, me aportaste la eterna felicidad, la felicidad de la que hablan en los cuentos de hadas, solo hay una pequeña diferencia, y es que en los cuentos es para siempre unidos, en la vida real todo acaba, tiene fecha de caducidad.
Dicen que se sabe si un amor es verdadero. Tu lo fuiste y te querré siempre, pero de diferente manera.

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